Mi experiencia profesional y personal me lleva a la convicción de que los hombres y mujeres de nuestro tiempo han adquirido un sentido nuevo y añadido a los tradicionales de los seres humanos. Lo denomino, quizá con cierta discrecionalidad, el octavo sentido y va más allá de los físicos —vista, oído, tacto, gusto, olfato—, más allá, asimismo, del que ha dado en denominarse el sexto —que sería el sentido intuitivo— y también más allá del séptimo que consistiría en la capacidad extrasensorial humana. Ese octavo sentido remitiría a la irrefrenable necesidad de las personas de comunicarse con la finalidad de ser entendidas por las demás y crearse así una entidad propia en el colectivo en el que se desenvuelven. Leer Más >